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Camuflada entre el bullicio, la muralla árabe de Madrid revela un interesante mosaico histórico que supone una de las visitas más curiosas de la capital española.
La muralla árabe de Madrid
Cuando pensamos en ruinas árabes en territorio español, el primer lugar que se nos viene a la cabeza es la zona de Andalucía, fiel heredera del esplendor del Al Ándalus, como bien confirman ciudades como Granada o Córdoba. Sin embargo, no debemos obviar que la influencia de la dominación árabe en nuestro país tuvo lugar hasta el siglo XV abarcando un amplio radio que salpicó otros muchos puntos de nuestra geografía.
Y uno de ellos cabe encontrarlos en Madrid, la propia capital. Concretamente, no lejos de la catedral de la Almudena. En este estratégico enclave junto al río Manzanares donde yace esta exuberante curiosidad designada Monumento Histórico-Artístico en 1954. El mejor referente de ese Madrid árabe que supone una nueva puerta a su historia y pasado.
Muralla árabe de Madrid, por Luis García (licencia)
El origen árabe de la ciudad de Madrid
La primera muralla árabe de Madrid fue de carácter árabe y construida durante el emirato de Muhammad ben Abd al Rahmman, concretamente entre los años 850-866, período en el que el imperio nazarí alcanzó Mayrit. La construcción sería reforzada por el califa Abd al Rahmman III en el siglo X.
Esta muralla envolvía la ciudad alcanzando un perímetro urbano de hasta 4 hectáreas de superficie que englobaban también la almudaina y el alcázar de Madrid. Además, la muralla contaba con diferentes accesos a través de la Puerta de la Vega (oeste), Santa María (este) y la Sagra (norte).
Considerado el núcleo de la ciudad por aquel entonces, la ciudad e historia de Madrid fue creciendo en torno a esta fortaleza, si bien con el tiempo daría paso a la llamada muralla cristiana de Madrid.
Un patrimonio que se vería eclipsado tras la Reconquista, si bien hoy día se pueden encontrar algunos vestigios del pasado más exótico de Madrid.
¿Dónde se encontraba el alcázar de Madrid?
El alcázar de Madrid fue uno de los edificios más estratégicos durante el dominio musulmán de Madrid y ocupaba la zona donde hoy se erige el famoso Palacio Real. De hecho, el cronista al-Himyarí llegó a definirlo como “el castillo de Madrid es una de las mejores obras defensivas que existen”.
Tras la Reconquista, el alcázar fue ocupado por los cristianos para refugiarse del impacto de la peste, pandemia que hizo retroceder a las tropas musulmanas.
Aunque los restos del alcázar de Madrid son apenas perceptible, uno de los vestigios de la muralla árabe de Madrid que sobrevive es visitable en el parque del Emir Mohamed I, cerca de la Cuesta de la Vega, junto a la Cripta de la Catedral de la Almudena.
Una visita que no puede faltar durante un recorrido por la historia de una ciudad de Madrid que nunca dejará de sorprendernos.
